Sí, mi tarta está completamente torcida. Las cosas como son. Si aun no te habías dado cuenta, ya te ayudo yo a hacerlo.
Una tiene que ser realista con lo que hace y ser la primera en decir: esta vez, muy bien, como que no te ha salido Mirta.

Pero tengo excusa. La primera el bizccocho, que se deformó un poco al salir del horno por motivos que más adelante os contaré y que no os debéis perder si no queréis que os pase lo mismo.
La segunda razón fueron los nervios y las prisas, que desde luego, no son buenas compañeras de la repostería. Pero tenéis que entenderme. Cuando trabajas de profesora sustituta nunca sabes cuando te van a llamar a trabajar y mucho menos donde. Pero cuando lo hacen tienes que estar lista ese mismo día, pues al siguiente tienes que estar puntual en el colegio. Y da igual si está a cinco minutos de tu casa o a 2oo kilómetros.
Es así, y no me importa, porque lo único importante es que te llamen para poder trabajar en tu pasión, tu auténtica vocación, en una de las cosas que más feliz me hace.
El día que estaba haciendo esta tarta, hace ya unas cuentas semanas (una que es muy previsora y ya andaba pensando en Halloween) sin yo esperarlo, me llamaron para trabajar. Para empezar al día siguiente claro.
Vosotros os imaginareis el momento de felicidad-nervios-histeria-hacer maleta- ubicar colegio – llamar a mis padres- y ese YA NO SOY CAPAZ DE CONCENTRARME, que una pasa.
Así, en ese plan, terminé la tarta, porque ya que tenía el buttercream, bizcocho y lazo hecho, como que no la iba a dejar a medias.

En esas circunstancias me fue imposible echarle más paciencia, resolver mi problema de bizcochos desiguales e intentar conseguir una tarta recta.

De lo que sí estoy orgullosa es del lazo. Para lo mal que se me da el fondant creo que quedó bastante decente, haciendo con él, mi versión de Halloween de esta tarta. Las rallas blancas y negras me recuerdan a Pesadilla antes de Navidad y a Bitelchus, dos películas míticas, que me encantan y que, como no, son de mi adorado Tim Burton.

Pero lo importante aquí no es el exterior, lo realmente importante de esta tarta de calabaza es que estaba BUENÍSIMA. A la altura de la carrot cake, que ya es decir. Y lo cierto es que el sabor, por raro que os parezca, es muy parecido.
Yo me quedé muy gratamente sorprendida, y os aseguro que si hacéis este bizcocho de calabaza no os defraudará.

Ingredientes

• 240 ml de aceite suave
  
• 4 huevos M
• 250 g de azúcar moreno
  
• 400 g de harina
• 400 g de puré de calabaza
  
• 200 ml de buttermilk
  
• 1 o 2 cucharadita de jengibre
• 3 o 4 cucharaditas de canela
• 1 cucharadita de nuez moscada
• 1/2 sobre de levadura

Preparación

1. Bate los huevos sin las claras, las cuales reservaremos para más adelante, junto con el azúcar.

2. Añade el aceite y bate un poco más.

3. Trocea 400 gramos de calabaza y cuécela, a fuego lento, con un poco de agua hasta que esté bien hecha. Cuando la tritures con la batidora quítale el agua de la cocción. Deja que enfríe, o por lo menos esté bastante templada, y añádela a la masa.

4. Añade el buttermilk, el cual puedes comprar o hacer tu misma. Te dejo la receta aquí abajo.

5. En un recipiente aparte, pon la harina, la canela, la nuez moscada, el jengibre y la levadura en polvo. Mézclalo todo un poco y a continuación añádelo a la mezcla anterior sin olvidarte de tamizar bien.

6. Por último añade las claras de huevo, las cuales habremos montado a punto de nieve. Hazlo con movimientos suaves y envolventes, asegurándote de que no se bajen

7. Hornea el bizcocho a 180º durante 50 minutos aproximadamente, o hasta que al pinchar con un palito, este salga limpio. Yo lo hornee en dos moldes de 15 centímetros de diámetro cada uno y una altura de unos 6 o 7 centímetros.

Buttermilk

• 120 ml. de leche desnatada o semidesnatada
• 1 cucharada de zumo de limón o vinagre

Echa el zumo de limón o vinagre a la leche. Revuelve y déjala reposar durante 10 o 15 minutos a temperatura ambiente.
Supuestamente tendrá la apariencia de leche cortada o yogur muy líquido.
Yo he hecho buttermilk tanto con limón como con vinagre, y tengo que decir que me ha salido mejor con el vinagre.

Si queréis saber qué buttercream usé, pasaros por la receta de Carrot cake, pues utilicé el mismo. Pero a este bizcocho le podéis poner un buttercream de vainilla, de queso o incluso de chocolate blanco o negro. Os lo dejo a vuestra imaginación y gusto.

Trucos y consejos

• Os comentaba al principio de este post que el bizcocho, al salir del horno se desinfló y por lo tanto se deformó. La masa estaba demasiado acuosa. El problema estuvo en que trituré la calabaza junto con el agua donde la cocí. ¡Error! Escurre bien el agua de cocción y bate solamente la calabaza.
• El buttermilk es un punto fundamental para que esta receta salga así de jugosa. Este producto puedes encontrarlo en algunos supermercados: Carreforur o Corte Inglés, pero yo nunca lo he visto.Si, como yo, no te queda otra que hacerlo casero, no te preocupes, es efectivo al 100% y facilísimo de hacer.
• Las claras a punto de nieve también son otro punto clave. Móntalas muy bien, que queden bien firmes, para asegurarnos de que al incorporarlas no se bajan nada y le aporten a la masa esa esponjosidad extra.