Hace poco que he descubierto la repostería creativa y desde entonces soy una auténtica adicta a ella. Es una afición que ha llegado en el momento justo y que me aporta muchas cosas positivas.
Pero la repostería no ha sido ni el único ni el primer hobby que ha pasado por mi vida.

He hecho punto de cruz. Pero sólo cosas sencillas, eso si que necesita mucha paciencia.

También costura. Mis padres me regalaron una máquina de coser, y además de algunos delantales, manteles individuales y pequeñas cosillas más, me hice un mandilón de profesora muy gracioso. Sólo gracioso. Las mangas quedaron grandes y abombadas como las de un payaso y doy un poco de vergüenza con el puesto jaja. ¡Pero oye! Y tan orgullosa que voy yo con mi mandilón a clase.

Luego me dio por el fieltro y los broches, por costumizar mis álbumes con telas variadas y mucho raso y lo último me huele que va a ser la decoración con washi tape (celos de colores que sirven para decorar todo lo que tu imaginación te invite a hacer)

Pero en realidad, mi primer hobby, y el único que ha estado de manera constante en mi vida desde que era pequeña, es la pintura. Me ha dado por pintar casi de todo, pero tuve una etapa muy fuerte con las hadas: hadas en burbujas, hadas sentadas en setas, hadas tumbadas, hadas de pie, hadas con duendes… ¡Y no me cansaba de ellas! jaja Qué cansina era.

Así que cuando un día descubrí que se podía pintar sobre las galletas se me encendió la bombilla, me empecé a emocionar y vi la luz.
¡¡Tengo que pintar mis galletas YAAAAA !!

Y dicho y hecho.
Aquí están mis primeras galletas pintadas.

He de decir que no creo que salieran muy bien porque no tenía los pinceles adecuados (las cerdas eran demasiado gordas y de mala calidad), ni vi, ni leí tutoriales de cómo pintar la galleta, o sobre qué tipo de colorantes son los mejores (¿en polvo, gel o en pasta?).

Porque eso que quede claro, son galletas pintadas con colorantes alimenticios, OBVIAMENTE! Que no me ha dado por rescatar mis antiguas pinturas y pinceles y ponerme a pintar sobre las galletas que me iba a comer.

Después de terminarlas y ver el resultado lo primero que he hecho ha sido hacer un pedido con pinceles específicos para repostería de todos los grosores y tamaños.

Me ha gustado tantísimo pintar las galletas que definitivamente incorporo esta técnica a mi lista y la convierto en mi favorita.
Ahora sólo toca practicarla.
^_^