A veces hay galletas que me da MUCHA pereza hacer, como por ejemplo las de viaje, pero que cuando las termino y veo el resultado, me alegro muchísimo de haberme animado a intentarlas.

Pero luego hay otras que estoy DESEANDO decorar y que no veo el momento de ponerme con ellas.

Y un día la oportunidad llega, alguien te deja libertad de elección y yo disfruto como una niña pequeña haciendo todas y cada una de las galletas.

Para hacer el bote de perfume, o para ser más concreta, la silueta de la chica, usé la misma técnica que puedes ver en el camafeo de las galletas de María Antonieta.
Es una técnica muy sencilla pero que requiere mucha paciencia y delicadeza, pero a la que le puedes sacar mucho partido.

Yo no sólo la he usado con esta silueta, también usé la misma técnica para decorar los cupcakes de la mesa dulce vintage que hice en tonos violetas.

En el anterior post os hablaba de que no es necesario tener muchos moldes porque, además, no hay nada peor que comprar uno y  tenerlo sin estrenar aparcado en un cajón.

Estos perritos son el ejemplo perfecto. En cuanto los vi, me enamoré de ellos y me compré el molde. De eso hace ya por lo menos tres meses… y tres meses he tardado en usarlo.
Y la verdad, no creo que les vaya a dar mucho más uso.
Conclusión: mala compra, o desde luego, una no muy buena.

Si quieres un consejo, cómprate moldes básicos y con un poco de imaginación sácales todo el partido.
Un molde cuadrado, redondo, rectangular, estrella o de corazón son unos básicos que no deben faltar en tu colección.

En la mía los corazones son la pieza clave. Los he hecho sencillos con una par de rositas decorando, con otro corazón en el centro y muchas rosas al rededor formando una corona (véase en estas galletas de boda), con la técnica de acolchado ( prometo un tutorial para que veais lo sencilla y espectacular que es esta técnica), con lunares, con mensajes o frases como estos, etc.

Y esto es todo por hoy. Espero que os hayan gustado estas galletas tanto como a mi.
^_^