Que intente hacer una recta sin báscula, ni medidor de ningún tipo, sin amasadora y que salga mal: ¡LO ENTIENDO!

Pero que la intente de nuevo, siguiendo al pie de la letra todos los pasos, con mi querida amasadora (qué haría sin ella), con la báscula que mide a miligramos, midiendo los tiempos de horneado a minutos casi exactos y que salga igual de mal: ¡¡¡NO LO ENTIENDO!!!

Hace tiempo (pero mucho mucho), vi por internet una receta de cupcakes de Milka, y como es un chocolate que me parece RIQUÍSIMO, no me lo pensé dos veces y la hice.
El desastre, como ya os anticipé, fue absoluto. Pero tampoco le di mucha importancia, puesto que me parecía lógico que me saliera mal si la estaba haciendo casi ( y sin casi) al ojo.

Además el frosting estaba hecho con nata y yo tengo un problema casi personal con ella, porque siempre se me corta, no la consigo montar, o no se cuaja como se supone…

El caso es que pasó el tiempo, y después de llevar ya unos cuantos cupcakes a cuestas, y de hacer unos cuantos buttercream, iba siendo hora de volver a animarse con esa receta que tan buena pinta tenía.

 

La excusa vino de la mano de un querido amigo mio, que quería que le hiciera un curso exprés sobre cupcakes, y a mi no se me ocurrió otra cosa que volver a intentar con él esa dichosa receta.

No tengo que volver a repetir que el fracaso fue monumental.
¡Y no!, no tengo prueba fotográfica del desastre jaja.
Pero la próxima vez que me ocurra algo así igual la hago y os la pongo, para que veais que si os salen así los bizcochos de cupcake sepais que sí, por desgracia, os han salido mal.

Haciendo un resumen:
1. Tiempo atrás , Mirta hace una receta que sale muy mal.

2. Mirta tiene un amigo que quiere que le enseñe a hacer cupcakes.

3. Los cupcakes salen FATAL y el amigo de Mirta va a pensar que Mirta no tiene en verdad idea alguna de cupcakes.

4.¿QUÉ HAGO YO AHORA, POR DIOS? Ya no por mi, si no por mi querido amigo que quiere llevarse unos cupcakes a casa con todo el orgullo e ilusión del mundo.

 

¡NO HAY PROBLEMA! Si algo me caracteriza ( y no es la paciencia ni la tranquilidad como ya he dicho muchas veces) es que puedo ser rapidísima en lo que hago. Soy puro nervio.
En un santiamén hice unos cupcakes de vainilla con mi receta favorita. Esta receta nunca falla. Hasta haciéndola a ojo saldría bien, estoy segura.

Vale, no eran hechos con el famoso chocolate, pero para salir del paso bien valieron.

El buttercream fue lo único que me salió bien, pero porque esta vez no usé nata y directamente me lo inventé.
La experiencia es un grado y eso es una verdad más grande que el mundo.
A penas unos meses atrás no me hubiese atrevido a inventar ni experimentar con nada, y ahora, después de muchos butterceam, tengo muy claro cuales me van a gustar y cuales no.

Esta es mi receta de buttercream de Milka:

Ingredientes
Para 12 cupcakes

• 120 gramos de mantequilla sin sal
• 300 gramos de azúcar glass
• 120 gramos de queso tipo philadelphia
• 125 gramos de chocolate Milka (1tableta entera)

Preparación
Para preparar el buttercream batiremos a velocidad baja la mantequilla reblandecida a temperatura ambiente con el azúcar glas, el cual habremos tamizado previamente. A continuación añadimos unos 120 gramos de queso tipo Philadelpiia y batimos a velocidad media-alta hasta que esté todo bien integrado. Por último derretimos el chocolate Milka en el microondas o a baño María.
Si lo haces en el microondas, hazlo con mucho cuidado, porque el chocolate se quema con mucha facilidad.
A la hora de incorporarlo al buttercream, espera que esté más templado, y viértelo poco a poco, mientras no dejes de batir la mezcla.

 

Un saludo y hasta otros cupcakes.
A disfrutar de la rectea haciéndola, y sobre todo comiéndola.
^_^